miércoles, 31 de octubre de 2007

TODOS SANTOS



El 2 de Noviembre de 1879, Pisagua fue el centro del universo. Por eso me encuentro viviendo cada segundo con la extraña intensidad que precede a todo acontecimiento fulminantemente magno. El cielo tiene el color del lomo de una paloma y el aire es frío y cortante, como las aguas del Pacífico.


Mañana, las almas de los niños visitarán a los vivos. En ese día, 1 de Noviembre, transcurre la práctica totalidad del segundo acto de Pisagua; el Manchay Puito lee su propia muerte en las hojas de coca, el general peruano Juan Buendía visita el puerto de Pisagua, Isaac Recabarren enciende una vela por el alma del hijo que jamás llegó a conocer, y mi joven capitán sin nombre se da cuenta por primera vez de lo azul que puede llegar a ser el mar.


Mañana será un día de calma, silencio y de recogimiento. Un día de pensar por lo bajo y sentir los susurros del otro mundo haciendo temblar la piel del silencio. Mañana será un día reservado para ellos.


Mañana será un día de calma. La calma que precede a la tormenta.

martes, 30 de octubre de 2007

UN DIBUJO CON SUERTE


Cuando se le suelta la mano a uno trabajando con el pentel, pueden pasar cosas muy interesantes. Esta es una ilustración afortunada, porque normalmente no me salen tan bien.

La he titulado simplemente "el enemigo", porque la nacionalidad del soldado no importa. Tiene levita larga, el fusil es un comblain y las botas son de media caña. Es el uniforme del Atacama, pero quería que representase la imagen macabra y anónima que siempre se tiene del enemigo, la deshumanización del rival, que en la Guerra del Pacífico fué la norma.
Este dibujo formó parte de la exposición sobre Pisagua que llevé a cabo en una tienda de cómics alternativos en Barcelona.
La tienda se llama "El Garaje". La lleva una pareja de artistas. Ella es de Madrid y el de Galicia. Son muy buena gente, y me dieron la oportunidad de exponer hace algunos meses.
Después de haber leído a Breccia ( padre e hijo) , y a Miller, (que cada vez me cae peor) me dí cuenta del juego que puede ofrecer la simplicidad y el contraste entre masas de negro y masas de blanco. Pero para eso hay que practicas horas de horas. En eso estamos.
A ver si puedo hacer algo parecido más tarde.

lunes, 29 de octubre de 2007

CADA VEZ QUE ME PONGO EL ABRIGO...


He vuelto a leer el “Maus” de Spiegelman. En realidad lo he picoteado, porque no me veo capaz de leérmelo otra vez. Es algo que le haré leer a mi hijo cuando llegue el momento. Y no será fácil, porque al hacerlo, le estaré entregando un paquete de pesadillas con las que tendrá que enfrentarse a solas, en la oscuridad de su habitación. Pero será necesario.


Lo peor, es que tanto horror parece no haber servido para nada. O por lo menos para nada más que para constatar que el Diablo existe y somos nosotros. Basta con ver lo que hace Israel en los territorios ocupados. Una vez le comenté esto a una amiga de mi mujer. Una chica de Nueva York de padres húngaros, y apuesto a que quedé como un asqueroso antisemita.


La historia de "Maus" es la historia de un sobreviviente. Un hombre joven, fuerte, guapo, sagaz, buen negociante, que sobrevivió al infierno y se hizo millonario. Heaquí la razón por la que “Maus” ganó un Pulitzer. Nadie habría dado un duro por la historia de la señora y los niños de la foto. Porque su historia terminó ni bien entraron en los campos. Porque ya estaban muertos antes de entrar. "Maus" tiene un final "feliz", y un mensaje de esperanza. La imagen de arriba es todo lo contrario.


A veces me imagino a mi mujer o a mi hijo, a mis padres a mi hermana, a mis suegros (o incluso a veces a mi abuela), metidos en un vagón para animales, sin espacio para sentarse o hacer sus necesidades, desmayados de calor y de sed, pisoteados hasta morir en un viaje infinito hacia los campos. Me los imagino aplastados en un amasijo de cuerpos desnudos y aterrorizados, defecando incontroladamente a causa del gas e intentando huír dentro de un recinto sellado herméticamente entre la oscuridad y los aullidos de terror. Dicen que la muerte sobrevenía en tres o cinco minutos. Eso es la eternidad simple y llanamente.


O Me los imagino como meras apariciones de piel y huesos, pacientes indefensos de sádicos experimentos médicos.


Y podría ponerme a llorar ahora mismo y no parar de llorar en lo que me queda de vida.


¿Porque nunca me imagino a mí mismo en esa situación, no importa cuánto lo intente?


No lo sé.


Me he pasado tres años pensando en un solo incidente de la Guerra del Pacífico. He tenido pesadillas en las que he muerto destripado por corvos y bayonetas. Un día soñé que se me habían acabado las balas y que los Atacameños se me venían encima. Desperté gritando y tanteándome por todas partes, porque estaba seguro de que me habían repasado cuatro veces.


No quiero ni imaginarme lo que tuvo que sufrir Art Spiegelman. ¡Especialmente cuando tenía que darse una ducha!


Cuando cumplí dieciocho años, mi madre me llevó a comprarme un abrigo a la Calle Comercio. La tienda en cuestión se llamaba “Los Cuatro Ases”. Probablemente siga ahí. La llevaba (o lleva) un matrimonio que parecía sacado de un chiste de judíos. Imagínate: Se llamaban Isaac y Rebeca. Vendían abrigos, trajes y casimires, se pasaban la vida discutiendo, y nunca fiaban un peso a nadie.


Elegimos el abrigo. Gris con una trama de hilos rojos, marca Valmeline. Todavía lo tengo. Todavía me lo pongo, casi cada día. Le entregamos el abrigo a don Abraham, que lo envolvió en papel madera y lo ató con cuerda de cáñamo. Mi madre le pagó a doña Rebeca, que me dio una bolsa de plástico con el nombre de la tienda, y cuando don Abraham me alargó el abrigo empaquetado por encima del mostrador, ví parte del tatuaje azul que marcaba su antebrazo izquierdo. Esa fué la única vez que ví algo parecido. Fueron cuatro segundos. Pero todavía recuerdo hasta lo que el señor llevaba puesto.


Cada vez que me pongo el abrigo, me acuerdo de ese momento. Y el invierno ha llegado con todo.
Debe ser por eso que escribo este post.

viernes, 26 de octubre de 2007

DESDE LA ESQUINA

Llevo demasiado tiempo sin escribir. Cinco días para ser exactos. Esta semana ha sido demasiado. No terminará hasta que termine. Y está muy lejos de terminar. He tenido demasiados problemas, demasiado trabajo, demasiadas malas noticias, demasiada confusión, demasiadas discusiones. No he hecho nada que no tuviese una fecha de entrega estampada en ella. Incluso el dormir es tarea pendiente, porque llevo demasiadas horas sin sueño.

Esta semana me está costando.

Me siento igual que Robert De Niro en “Toro Salvaje” cuando le dan la paliza en el cuadrilátero. Estoy demasiado ocupado en resistir como para ser capaz de defenderme.
A veces me gustaría poner al mundo en pause y respirar cinco minutos.

Pero no se puede.

Tengo que irme. Acaba de sonar la campana del quinto asalto.

lunes, 22 de octubre de 2007

DOMINGO DE OTOÑO


El otoño me ha entrado por los bronquios, y se ha convertido en una placentera melancolía. El aire es líquido y frío, y el sol que en verano se pegaba a tí como un amante molesto te dice adiós con la mano desde cada vez más lejos. Pero la melancolía tiene dientes. O peor aún, afilados colmillos que pueden destazar sin contemplación. Morir de melancolía, como mueren los quetzales en lo profundo de la selva, no tiene nada de romántico. Por el contrario, debe ser algo aterrador.


Ayer me fui a pasear con mi hijo al Casc Antic. Visitamos la plaza de San Felip Neri y nos quedamos un buen rato frente a su fachada destrozada por la metralla. Entramos a la Catedral a ver los gansos, blancos como las claras batidas, y los peces negros y naranjas que nadan en la fuente del claustro. Vimos la oscura silueta de una tortuga deslizándose bajo el agua turbia con una facilidad de ensueño. Bebimos agua en la fuente de Sant Jordi, escuchamos a un cantautor, buscamos y encontramos al elefante y al unicornio entre las gárgolas de la Catedral, visitamos las columnas romanas en el Centro Excursionista de Cataluña…


Después nos fuimos a comer algo en algún bar. A veces creo que los camareros se piensan que soy un padre divorciado con permiso de visita los fines de semana, porque siempre me tratan con una amabilidad inusitada. Cada vez que pienso en esos pobres tipos con matrimonios destrozados e hijos a los que sólo pueden ver un par de veces al mes, algo se me retuerce por dentro. Dios quiera que yo nunca tenga que pasar por ese trance.


Sé que lo que escribo hoy no tiene nada que ver con mi cómic. Son reflexiones de domingo por la tarde. La hora del lobo de la semana. Domingo es el día de darme cuenta que este paseo que dí con mi hijo no lo daré al día siguiente. Porque mañana toca reincorporarse a filas y agachar la cabeza ante la lluvia de metralla. El domingo debería ser un día de milagros obligatorios.

Receta para cualquier domingo: Escuchar a The Sundays . Son mano de santo.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Y AHORA SIN AZUL


Aquí está la fotocopia final. Creo que sin Azul no queda tan bien. Tiene algo que no está mal, pero creo que el Pentel sólo sirve para cubrir áreas de negro o dibujar trazos muy gruesos.
Vaya pedazo Remington ¿verdad?

OTRO DIBUJO ENTINTADO


Otro dibujo entintado.
Este dibujo lo entinté con un pincel recargable Pentel 101. Tengo un amigo que es un verdadero fetichista del Pentel, y me dijo dónde podía conseguir uno. He de admitir que el chisme tiene sus ventajas; es fácil de usar, no chorrea, se puede llevar a cualquier lugar, y da ese efecto de pincel semi seco que me gusta tanto . El procedimiento es el mismo, reducir de Dina 3 a Dina 4, fotocopiar en azul, entintar y corregir con un Pigment liner 0.7

Pero el Pentel también tiene sus limitaciones. El flujo de tinta del pincel se encuentra limitado por el mecanismo, y si bien tiene menos riesgos que un pincel común, también tiene mucha menos autonomía. El pincel recargable es un triciclo, el pincel de verdad es una bicicleta de montaña. Para dominar el pincel de toda la vida, hay que practicar toda la vida. El pincel recargable no es más que un rotulador con cerdas.

Además, con el Pentel, tarde o temprano las cerdas terminan desplegándose en abanico y hay que juntarlas con los dedos, se quedan llenas de grasa y no pueden volver a juntarse. Por eso hay tantas líneas paralelas en los trazos del entintado. La punta de mi pincel ya parece la lengua de una serpiente. Creo que lo mejor será simplificar y regresar a la plumilla. Y aprender a usar el pincel de toda la vida.

Error: Olvidé incluír espacio para el diálogo.

martes, 16 de octubre de 2007

MERCADO DE BRUJAS


Este pedazo de foto que tomó un señor llamado Steve Bannister cuando fue a La Paz y que yo me fusilé sin miramientos, fue tomada en la calle Sagárnaga, donde se encuentra “ El mercado de las brujas”. Le llaman así, porque toda la calle está abarrotada de puestos como el de la foto, donde se vende todo lo necesario para conjurar maleficios, atraer la buena suerte, bendecir los cimientos de una casa, hacer “amarres” para las parejas, comprar amuletos y remedios tradicionales o ir a que un yatiri te lea la suerte en las cartas, las hojas de coca o el estaño.


Cada una de las estatuillas que están expuestas tiene una función en particular. Las hay para dar suerte en los negocios, protección en los viajes, para proteger niños o atraer al ser amado. Esas cestas de los lados están llenas de fetos de llama desecados. Estos fetos son abortos naturales, las llamas abortan con frecuencia durante la época de lluvias. Los obreros enterraron uno bajo nuestra casa, y también hay un bajo los cimientos de la antigua casa de mi abuela. Se comenta que debajo de los grandes edificios del centro de la ciudad, lo que se enterró no fueron fetos de llama sino a algún pobre desgraciado que tuvo la mala suerte de estar cerca, porque los edificios eran demasiado grandes como para que solo un “sullu” pudiese protegerlos.


Debajo de todo están los portasahumerios. En ellos se deposita la “mesa”, que consiste en una hoja de papel blanco ( que yo sepa sólo se venden elementos para la brujería blanca, aunque dicen que también se pueden encontrar brujas negras en esta calle), sobre la que se pone un vellón de pelo teñido de colores, y las tabletas de azúcar de colores ( que son varias, dependiendo de los motivos y se venden en bolsas de plástico transparente), junto a un trozo de palo santo, junto a un sullu envuelto en papel estañado o un poco de grasa de llama si es que la ceremonia es para bendecir los cimientos de una construcción. Todo esto se quema con la ayuda de un hechicero y se ofrenda a la pachamama en una ceremonia. El olor de los sahumerios es penetrante, dulce y muy intenso, y uno siempre sabe cuándo alguien está bendiciendo algo ( sea el ordenador, el coche nuevo, incluso una radio), porque el olor del sahumerio se expande por la calle y se cuelga de tus fosas nasales. ¿ A qué huele el sahumerio? A misterio. Así de simple.


En uno de estos puestos ( posiblemente incluso en el de la fotografía), compré una pachamama que tengo en casa sobre la cocina. A ella le cuento mis problemas y le pido que me ayude y que nos proteja siempre. Hacia el final de la calle, mi mujer y yo fuimos a comprar recuerdos para los amigos, y una bruja nos dijo que el bebé sería niño, cuando Sibylle ni siquiera estaba en el tercer mes de gestación. Mi hermana se hizo leer la suerte y todo lo que le dijeron se cumplió al pie de la letra. Creas o no creas en las brujas, de haberlas haylas.

lunes, 15 de octubre de 2007

RECUERDOS COLOR API


Como podéis ver, he cambiado el color del fondo, ya no es negro sino color api. Api sin buñuelos por desgracia.


Nunca me gustó el api. Demasiado amargo. Lo único que me gusta del api es el color. Los buñuelos con miel si que me gustan, y los maizillos, y las salteñas, y las tucumanas, y los sandwiches de chola y las horribles mezclas etílicas que solíamos hacíamos hacer con una botella de singani, una de sprite y dos bolsas de plástico. Sí hermanos y hermanas, yo viví los oscuros tiempos "pre-balde", cuando se bebía con las manos pegajosas y la mezcla salía tibia y con sabor a manos sudadas.


Pero ¿porqué empiezo a hablar de temas históricos?


Porque me falta poco más de un mes para ir de visita a La Paz después de casi cuatro años de ausencia. Mi abuela conocerá a mi hijo y yo podré regresar a tantos lugares que ya no sé ni por donde empezar.


Quiero volver al Montículo a saludar al Neptuno y a la Plaza Murillo, y la Armentia a comprar soldados de plomo en "Don Justo". Quiero pasear por San Francisco, y subir la cuesta hasta el mercado de las brujas. Quiero darme una vuelta por el mercado negro, y bajar de la Pérez al Prado y sentir el sol de La Paz calentándome como una plancha, y subir a la Plaza San Pedro y después al mercado Rodríguez y caminar hasta la calle donde venden los sombreros, y visitar la nueva Cinemateca. Quiero regresar al Museo Costumbrista, y al Museo del Litoral, y bajar por la Jaén hasta la Indaburu ( con "u") , y mirar las montañas y los cerros omnipresentes en esa ciudad donde el horizonte siempre tiene una montaña de por medio. E irme a las ánimas y a la Muela del Diablo para ver cómo las estrellas se encienden desde abajo y no desde arriba cuando cae la noche sobre la ciudad.

Quiero comer fricasé, y chicharrón, y beber una Huari más fría que el olvido para que me duela la nariz, y pijchear en el bocaisapo y ver si hay algo en el Teatro Municipal, y ver El Chavo del Ocho por la tele, comer pasank´allas hasta que sea pecado y practicar contorsionismo dentro del minibús.

Quiero ir a comer trucha al lago, tomar helados Frigo, alimentar palomas en la Plaza Murillo, entrar al Museo Nacional de Arte ( el de la barricada) y asistir a un cambio de guardia a las puertas del Palacio Quemado. Quiero llevar a Gabriel al Laikakota y al K´usillo, y volver a visitar el Monoblok de la UMSA donde estudiábamos con el embriagador aroma de los gases lacrimógenos colándose por las ventanas. Y los cafés de chinos y el obelisco donde la estatua del soldado desconocido es otra vez la estatua "del borracho".
En fin. Proustiano me he levantado creo. Yaaa


OJALA QUE TU NOMBRE SE LE OLVIDE A ESA VOZ


Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda/ Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz”. Me escuché esta canción unas diez veces mientras dibujaba esta escena. No he abandonado la sucia y masoquista costumbre de escuchar una canción hasta quince veces seguidas. Algún día lo haré.


El jaripeo ha terminado. El protagonista descansa exánime en el suelo. Los brazos de los soldados están agotados de azotar. El sargento se pregunta sin mucha preocupación si el nuevo recluta sigue vivo, o si el bautizo ha sido demasiado para él, mientras mi anónimo capitán, con el disfraz desgarrado por mil chicotazos, olvida el dolor que destroza su corazón y se entrega a otro dolor, mucho más inmediato.


¿ Os preguntáis porqué el recluta se vuelve capitán en menos de una secuencia? En ese tiempo habían dos oficiales por soldado en el ejército boliviano, y muchos ascendían por el mero hecho de saber leer.

Errores: Mi pobre capitán anónimo está aplanado contra el suelo. Hay que trabajar esas sombras.


El soldado que descansa con el kimsacharani ( látigo de tres colas ) apoyado en el cuello podría estar mejor dibujado.


La iluminación. Como siempre la iluminación.
No me gusta el font. Tendré que mejorarlo cuando saque la próxima edición. El contraste con los gráficos es demasiado intenso.
Dibujar una escena en picado no es fácil. Pero es más fácil que dibujarla en contrapicado. Originalmente la escena tenía que estar enfocada desde abajo. Me tomó unas tres horas darme cuenta de que todavía no estoy listo para dibujar una escena así.

viernes, 12 de octubre de 2007

EJERCICIO DE OTREDAD


He empezado a leerme la versión ilustrada del “Adiós al Séptimo de línea” de Jorge Hinostrosa que Patricio Larraín subió a la sección archivos del foro de la página web de Mauricio Pelayo, y no puedo negar que me sentí agredido por el tono de la novela. Tan agredido como agredido puede sentirse cualquier chileno cuando un boliviano o un peruano exponen sus razones o sus explicaciones respecto a la Guerra del Pacífico, claro está.


En la novela de Hinostrosa ( escrita en 1955 según creo) , las autoridades bolivianas de Antofagasta, y los bolivianos en general, están representados como seres despreciables, viles, rastreros, traidores, violentos, prepotentes y abusivos, y no hacen otra cosa que hacerle la vida imposible a los honrados, valientes, solidarios y animosos trabajadores chilenos, que se ven obligados a formar una liga patriótica para defenderse, y a reunirse clandestinamente por las noches para promover una revolución en el litoral.


Sin ánimo de entrar en ningún debate sobre la legalidad de promover revueltas nacionalistas en un país extranjero ( Es como si la comunidad boliviana residente en Jujuy, por poner un ejemplo, quisiera montar una revolución contra el gobierno de Buenos Aires), la novela de Hinostrosa es el típico ejemplo de mito fundacional sudamericano, o por extensión de cualquier otro país que ha sido escrita con la mejor voluntad del mundo, y que termina envenenando la mente de generaciones enteras. Hace algunos años me leí una novela testimonial sobre la Guerra del Chaco escrita por un soldado paraguayo, y quedé muy sorprendido porque decía exactamente lo mismo que Jesús Lara o Augusto Céspedes, o mi abuela.


Enfocarse a uno mismo desde el punto de vista del otro es realmente difícil, y a veces parece imposible, mucho más cuando “el otro” comparte con tu país y tu gente un pasado violento o difícil. Cuando Hinostrosa se refiere a cualquier boliviano en su novela, yo tengo la impresión de que está hablando de mí o de alguien que conozco. Y ni yo ni ese alguien a quien conozco somos o nos consideramos gente abusiva, violenta prepotente o poco de fiar. De igual manera, cuando un chileno lee la versión boliviana de la historia, se siente molesto, indignado e insultado porque ni él ni sus familiares ni sus amigos se consideran a sí mismos ladrones, abusivos y prepotentes. Y si hablamos del tema del mar, apaga y vámonos.


Pero el asumir la otredad es un arte que hoy en día es vital. Asumir la otredad es cuestión de emergencia. Porque el otro siempre nos pondrá en duda. Porque nuestra visión del mundo, de la historia de la justicia, de la ética es “nuestra visión”, y la visión del otro es “otra visión”, que termina siendo la misma. Excepto porque el otro nació en otra parte.


Por eso la población de Calama no quiso saber nada del rodaje de “Topáter”. Los habitantes de Calama ( o mejor dicho, un grupo de Calameños), se sentían agredidos porque la película de Calasich era boliviana e iba sobre la Guerra del Pacífico. Por eso hubo ese lío tan grande en Tacna cuando iban a presentar un libro de historia escrito por historiadores chilenos y peruanos. Por eso el documental Epopeya levantó una polémica de sálvese quien pueda (a mí me pareció un documental muy interesante, aunque podrían haber rodado más de una secuencia de combate en lugar de repetir siempre la misma. Los soldados peruanos parecían un ejército de heladeros.)


Es suicida hablar de la Guerra del Pacífico en caliente, y mucho menos anclarse en viejas verdades asumidas. Examinemos nuestra historia en frío, intentemos comprenderla en frío. Lo que pasó fue una desgracia en la que todo el mundo salió perdiendo. Bolivia más que nadie, pero Chile incluído. La victoria le costó una guerra civil en 1891. Pero mientras los tres países no seamos de dejar de considerar a la Guerra del Pacífico, y por extensión a nuestra historia como países como un conflicto entre buenos y malos, no vamos a llegar a nada. A absolutamente nada. Por un Cincinato siempre habrá cien Caracallas, por un Trajano cien Calígulas y por un Vespasiano cien Claudios.


Bueno, ya no sigo. Es demasiado tarde
Adios

jueves, 11 de octubre de 2007

UNA LECCION A TIEMPO


Tendría unos diecinueve cuando asistí a una conferencia que dio Henry Rollins en la universidad. Había oído a Rollins cuando cantaba en Black Flag, aunque nunca he sido fan del hardcore ( excepto Sick of it All, pero eso es por otras razones), pero precisamente por eso, porque nunca me ha gustado el hardcore, cada vez que oía algo de Black Flag en la tele o en el stereo de algún amigo ( en el trienio 1991-1993,cuando todo el mundo en La Paz parecía haberse ido a dormir escuchando pop y hubiese despertado con greñas y escuchando trash ) reconocía algo profundo y potente que se abría paso entrelos gritos, los aullidos y los insultos. Algo inteligente, algo interesante. Algo que se quedaba contigo y que te decía cosas que nunca habías oído con anterioridad y que nunca te habrías esperado ! de una banda de hard core!.

Asi que me senté en el anfiteatro con la curiosidad y la arrogancia típicas de la juventud, rodeado de chicos duros con inquietudes literarias y / o musicales que se consideraban los Bukowskis, Kerouacs, Hemingways, Bourroughses y ¿porqué no decirlo? Los futuros Henry Rollins de la generación X, contemplándolos con elegante desprecio desde mi uniforme de lobo estepario que no me quitaba ni para dormir.

En esos días yo pensaba que el amor era una enfermedad estúpida, fumaba un paquete al día cuando no más, no podía ir sin gabardina y Doc Martens por la vida, y al margen de mis ambiciones literarias, mis únicos intereses eran el verme todas las películas independientes, serie B y serie Z que pudiera ver, leerme todos los libros y cómics que cayeran en mis manos, dar larguísimos paseos en la vespa por Albuquerque y sacarle chispas a la cama de mi novia por lo menos una vez al día y otra por la noche. En el fondo era un niño bueno que jugaba a ser John Constantine, pero al que cualquier ladrido, por pequeño que fuese, lo dejaba temblando en un rincón. Supongo que esa fue la razón por la que fui a ver a Henry Rollins. Algo me decía que si yo era demasiado "cool" para escuchar la voz de la razón, quizás no me vendría mal escuchar la voz de la experiencia.

Cuando Rollins subió al escenario, todo el mundo se encogió de terror, y de repente mi pequeño disfraz de pseudo escritor me pareció ridículo y estrafalario. Y es que ese tío da miedo. ¿Para qué voy a mentir? Cuadrado como un armario, con una mirada de “no te pases de listo conmigo” y músculos gruesos como cables de alta tensión, Rollins empezó a hablar con la seguridad de un gladiador en la arena y la audiencia empezó a beber sus palabras y a moverse a su ritmo. Era imposible resistirse a la energía de ese hombre, respirar junto a él, seguir sus movimientos como si fuésemos serpientes siguiendo el movimiento de una flauta invisible.

En cierto momento, Rollins nos preguntó:

-¿Cuántos hay aquí que escriben?

Levantamos las manos con seguridad, con chulería. Que Rollins supiera que ahí también había escritores como él, y que no teníamos miedo de admitirlo.


-¿Cuántos quieren ver su trabajo publicado?

Volvimos a levantar las manos, esta vez un poco avergonzados. Si queríamos ser publicados, eso quería decir que todavía no lo habíamos sido. Quizás en un fanzine, quizás en el periódico estudiantil. Pero nadie se ganaba la vida escribiendo. Rollins sí.

-Repito. ¿Cuántos aquí quieren publicar?


Levantamos las manos una vez más. En silencio. En serio.

Entonces Henry Rollins se cruzó de brazos y preguntó:

-¿Entonces qué coño hacéis aquí en lugar de estar en casa escribiendo?

Nada más que añadir. Salvo que no estoy trabajando en mi novela tanto como debería.

miércoles, 10 de octubre de 2007

TH´ANTAWAWAS DE OCTAVIO OCAMPO


Volviendo al tema del 2 de Noviembre, mi madre me mandó un par de imágenes de Octavio Ocampo, pintor que pinta "ilusiones", como hacía Archimboldo en su época. Sólo que Archimboldo se pirraba por las verduras, y este cuadro en particular está hecho de pan.
No me gusta Ocampo. Pero este cuadro tiene su encanto.

La próxima entrada subo algo mío. Promesa del Chapulín Colorado.

martes, 9 de octubre de 2007

UY LO QUE ESTOY LEYENDO!


El viernes pasado me ví "El Tambor de Hojalata", y todavía considero que es demasiado temprano para formular cualquier juicio al respecto. La historia todavía se mueve dentro de mi cabeza, y ciertas escenas en particular, se niegan a dejarme en paz.

En este caso preferí ver la película antes que leer el libro, porque desde hace dos años tengo una dosis continua de cultura alemana, con nuestros largos veranos en Frankfurt en familia para visitar a mis suegros. Pero en cuanto a la novela que he empezado a leer concierne, prefiero leer el libro antes y ver la película después.

" El Amante de Lady Chatterley" es una de las novelas más famosas de D.H. Lawrence. Prohibida y acusada de obscenidad en su tiempo, narra la historia de una infidelidad permitida, pero es mucho más que eso. Es también una investigación psicológica y emocional en todos los personajes que te engancha desde la primera página, que comienza diciendo que vivimos en tiempos de catástrofe, y que precisamente por eso, evitamos darnos cuenta de ello.

No pude encontrar el libro en la librería inglesa del barrio, asi que me lo estoy leyendo en "e-books". Es el primer libro que leo por ordenador, y echo de menos el contacto de las portadas en mis manos, el poder doblar la esquina superior de la página para marcar el momento en el que he dejado de leer, el llevarme el libro al lavabo o en la maleta, como un amigo secreto con el que te enfrascas en suculentas conversaciones mientras a tu alrededor el mundo espera el juicio final.

Según tengo entendido, el padre de Lawrence era minero, y su madre profesora. Esa diferencia entre ambos progenitores se expresó en numerosos conflictos y problemas de comunicación que se encuentran reflejados en las páginas del libro, y es que en realidad todos los artistas somos limones humanos suicidas que intentan ganarse la vida exprimiéndose a sí mismos.

Lawrence moja la pluma en sus venas, y escribe desde lo más profundo. Y cuando la lees sientes que estás metiendo la nariz en algo que probablemente no deberías leer, pero no puedes evitarlo. Esta es la novela que debí haber leído cuando tenía doce años, en lugar de leer "Sin Novedad En El Frente" y tener pesadillas por las noches. Pero como dijo Jaime
Sabines:

"debería haberte conocido diez años antes o diez años después. Pero llegaste a tiempo."
La imagen de arriba es de Toppi. Cómo me gustaría poder dibujar como é.

COMBATE DE ANGAMOS




8 DE OCTUBRE DE 1879


En “The Monkey Look” el primer relato de “Rope Burns”, uno de mis libros favoritos y que no me canso de releer, el durisimo personaje irlandés cuyo trabajo es cerrar las heridas de los boxeadores, se sienta frente a una tajada de tarta y una taza de café y se sorprende a sí mismo recordando. Nada en particular. Simplemente recordando.


“ Me pasa cada vez más a menudo. En ocasiones, un año entero de tu vida puede pasar ante tus ojos en el tiempo que te toma el pestañear."

Al igual que el personaje principal de “The Monkey Look” , me he dado cuenta de que pienso en el pasado cada vez más a menudo; y eso me preocupa, porque soy demasiado joven para mirar atrás. Hace un año, me hallaba bajo la extraña impresión de que mi hijo era una figura de porcelana que debía proteger de todo con una ferocidad de loba parida, algo que en los hombres toma tintes verdaderamente patéticos. No sé si el medir la masticación de tu hijo mientras come significa que eres un buen padre o que tu hijo tuvo la desgracia de caer en manos de un neurótico que le hará la vida imposible y a quien terminará odiando a muerte dentro de once años.

Ahora le miro correr, caer, levantarse y rugir para que yo sepa que se encuentra bien. Me gusta el que cuando se siente indeciso frente a algo y especialmente frente a alguien, se ríe en lugar de ponerse a llorar. Siempre ha sido así, y espero que siga siendo así toda la vida. La risa es un don divino. No confíes en alguien que no sabe reír. Esa gente puede llegar a ser muy peligrosa.

Y esto último es algo que necesito recordar cuando me asaltan las dudas. Cuando me pregunto si todo esto sirve para algo. Cuando me pregunto si no seré sencillamente otro freak del cieberespacio que cultiva una obsesión enfermiza por la Guerra del Pacífico del mismo modo que otro freak cultiva una obsesión enfermiza por el manga. Supongo que si Jerry Boyd me escuchase hablar así me haría entrar en razón con un jab de izquierda, y es que paso demasiado tiempo sólo con mis pensamientos, y cuando éstos se aburren, se dan la vuelta y te atacan. Es lo que pasa cuando uno se pasa más tiempo mirando por la ventana de un ordenador que por la ventana que da a la calle.

El 8 de Octubre de 1879, después de haberse enfrentado prácticamente en solitario contra toda la armada de Chile, el almirante Miguel Grau Seminario moría en alta mar. Ese hombre duro por fuera y dulce por dentro que hizo de su vida un ejemplo de caballerosidad y respeto por el enemigo, no dudó ni un segundo en salir al encuentro de su destino cuando era evidente que tenía las de perder, y su destino llegó volando hasta él, en forma de granada explosiva y lo repartió a cuatro vientos.
Rodeado y sin escapatoria, cosido a tiros y a cañonazos, y huérfano de capitán, el monitor Huáscar se batió contra sus enemigos sin dar ni pedir cuartel hasta quedar inutilizado. Sólo entonces pudo ser abordado y llevado a Valparaíso.

Con el Huáscar fuera de escena, la invasión del Perú sólo era cuestión de tiempo.

lunes, 8 de octubre de 2007

HASTA SIEMPRE COMANDANTE


HACE CUARENTA AÑOS

Mi padre tenía dieciocho años y no entendía qué hacía la guerrilla en Ñancahuazú. El Ché Guevara marchaba por la selva boliviana, asfixiándose lentamente y buscando el apoyo de los campesinos sin comprender porqué no lo recibía. A demasiados kilómetros de distancia, los mineros bolivianos acordaban dar un día de trabajo en apoyo de la guerrilla, y varios de ellos se aprestaban a partir junto al Ché. Poco después, el gobierno mandaba al ejército a ametrallar el campamento minero de Siglo XX en lo que pasó a la historia como “ La Masacre de San Juan”
Traicionado por el Partido Comunista Boliviano, que se había comprometido a ayudarle, rodeado de espías, sin apoyo campesino, comida ni medicinas, el Ché fue apresado el 8 de Octubre de 1967, y asesinado en La Higuera al día siguiente.


En los libros de historia, Ñancahuazú figura como el único “conflicto” armado en el que las armas bolivianas se anotaron un “triunfo”. Supongo que todo el dinero, entrenamiento y apoyo otorgado por la CIA a las Fuerzas Armadas Bolivianas fue el artífice de semejante “milagro”
Pero Incluso entonces el ejército boliviano no daba “ pie con bola”, en palabras textuales del Ché, aunque él mismo reconocía que algunas unidades tenían mayor espíritu combativo que otras.


Herido atrapado, maniatado y expuesto en la escuelita de La Higuera, el Ché fue ultimado por una ráfaga de ametralladora en el costado, ya que la CIA no quería que se dañase su rostro. Quería que todo el mundo supiese que el Ché estaba muerto y bien muerto. No contaron con que moriría con los ojos abiertos.


Así nacía el Cristo de la Higuera. El soldado poeta, el soñador y el idealista. El revolucionario desengañado por el modelo soviético que renegó de una vida de seguridad en pos de la idea de un mundo mejor. Esa fue la única “guerra” que “ganamos”. Paradójicamente, el hombre que mató al Ché Guevara recuperó la visión gracias a la labor de los médicos cubanos que le operaron de cataratas.


No soy un animal político, ni me considero militante de nada más que de mi propia liberación. Pero Ernesto Guevara creía en la humanidad y el futuro y predicaba que había que endurecerse sin perder la inocencia. Tres principios que comparto y que me ocuparé de transmitir a mi hijo llegado el momento.


Una vez, mi madre le preguntó a mi padre cómo habría sido el Ché de haber llegado a la presidencia . Mi padre se encogió de hombros y respondió “ No sé, parecía buen tipo. Pero ser buen tipo no es suficiente. ” Desgraciadamente no lo es.
Hasta siempre Comandante.

EL HOMBRE ES SOLO UN PUENTE...


EL HOMBRE ES SOLO UN PUENTE ENTRE EL AMOR Y LA MUERTE.
La vida en mi barrio se rige por la rutina. Mi trabajo se rige por la rutina. La gente que conozco se rige por la rutina. A veces parecería que este país se rige por la rutina. Porque la rutina es la seguridad, la rutina son las caras conocidas, la rutina es el camarero que sabe lo que le vas a pedir antes de que se lo pidas, el tentempié a las doce en el mismo mini-market paquistaní de siempre, los almuerzos dominicales con la familia, el saber que tu vida rueda dentro de su correspondiente carril, y que puede seguir rodando en ese carril por y para siempre, hasta que la muerte nos separe.


Y yo, que aborrezco cualquier tipo de rutina, termino siendo un elemento molesto dentro de mi oficina, a veces deliberadamente, a veces no. Soy el que único que tiene que tomar medio día libre para presentar un documento en la oficina de extranjería. El que tiene que ausentarse una mañana para ir a hacer la declaración de la renta. El que tiene que irse temprano porque mi mujer ha viajado a Londres para presentar su tesis de doctorado y no tenemos abuelos o primos o parientes que cuiden de nuestro hijo. Soy un garabato en un papel cuadriculado. Soy la nota falsa, la piedra disfrazada de guisante, la oveja negra. El tío raro al que no despiden porque yo también formo parte de la rutina de la empresa. Porque romper la rutina es sacudir la realidad, redibujar esquemas con desiguales brochazos, ponerle las cosas difíciles a los demás, obligarlos a improvisar, a usar la imaginación, a poner a prueba su capacidad de raciocinio.


Porque el tener una vida propia es pecado. No me extraña que España haya pasado de una dictadura de izquierdas a una dictadura de derechas. A veces me siento como el anarquista atrincherado que reniega de cualquier totalitarismo. Como Orwell cuando llegó a Barcelona dispuesto a defender la revolución, y acabó siendo perseguido por ella.


Sin embargo, yo también tengo mis pequeñas rutinas. Y una de ellas es leer mi horóscopo por curiosidad cada vez que me tomo el desayuno en el bar de siempre. Según mi horóscopo, esta semana es buena para el romance. No sería mala idea recortar lo que dice y pegarlo en el refrigerador para que lo lea mi mujer esta tarde al volver del trabajo. Porque no importa cuánto aborrezcas la rutina, ésta siempre logra colarse en tu vida, por lo menos en un frente. Y el frente doméstico, y en especial el frente matrimonial es el peor de todos. Incluso peor que el laboral.
Recuerdo que había un boliche en La Paz que se llamaba “Ave Sol”, donde pasé miles de sábados por la noche entre mis dieciocho y mis veinte años, donde me levanté mis primeras borracheras, me llevé a dos o tres novias, leí mis primeros poemas ( algunos muy buenos , no se crean), y conocí a mis mejores amigos. El lavabo de este lugar tenía un atractivo especial, y era que en lugar de los graffitis de baño público que todos nos conocemos, las paredes de este lavabo estaban cubiertas de poemas, aforismos, incluso relatos breves. Y uno de ellos decía.
“ El hombre es sólo un puente entre el amor y la muerte.”


Al margen de la evidente influencia Freudiana que se esconde detrás de tan rotunda aseveración, el mensaje tiene una fuerza innegable, ya que amor y muerte constituyen los pilares de la religión judeo cristiana, la tragedia clásica y la retórica popular.
Amar a muerte. Morir de amor. En Pisagua hay mucho de eso. Y no sólo en mi cómic, sino en la historia verdadera. Un buen ejemplo del caso es Rafael Torreblanca, el oficial poeta del Atacama que izó la bandera chilena en suelo peruano y ascendió la cuesta cubierta de cadáveres con una espada en la mano, y un poema de amor en el bolsillo.


Ahí va la imagen de Rafael Torreblanca. Como poeta no estaba mal. Demasiado correcto y pulcro para mi gusto. Para estas cosas hay que ser más bruto. Como los mexicanos en sus corridos.


“Dicen que por tus amores,
La vida me han de quitar,
No le hace que sean muy diablos,
Yo también me sé pelear”


“Valentina, valentina
Rendido estoy a tus pies.
Si me han de matar mañana,
Que me maten de una vez”

Hay maneras de romper con la rutina. La mejor de todas es escribir en tu blog y fingir que estás trabajando. Y si me han de despedir mañana, que me despidan de una vez.

sábado, 6 de octubre de 2007

MUSICA


¿Qué clase de música escucho cuando dibujo?
Depende. Porque voy por fases y soy un tío muy obsesivo.
Tom Waits y los Tindersticks siempre han estado conmigo desde que empecé a bosquejar Pisagua.
Después los boleros de caballería del ejército boliviano, Luis Rico, Astor Piazzolla y Emma Junaro.
Cuando empecé a escanear todos los dibujos, escuchaba los "Pajaros en la Cabeza" de Amaral.
También mucho Nick Drake. Y algún tiempo antes de publicar, cuando las cosas se pusieron realmente difíciles en todos los frentes, empecé a escuchar mucho hip hop, aunque siempre me ha gustado Cypress Hill. Incluso fuí a uno de sus conciertos cuando tenía veinte años. Alguien me pasó un porro enorme de maría, le dí dos caladas.... y recuerdo poco más. Desperté en mi habitación del dormitorio universitario dos días después. Pero el concierto cojonudo. Sin duda.

Me gusta mucho 2Pac Shakur. Ese hombre realmente hablaba desde lo más profundo de su corazón. Lo escucho cada vez más. Las cosas que dice son realmente intensas.

Después me gustan mucho los Sundays, Morrisey, Kate Nash los Clash, Cure, Siouxsie...

Como podéis imaginar, era un quinceañero de punta en negro con ojeras que bebía Sudafed por diversión, tuviera o no un resfriado y le gustaba meterse el Advil extra fuerte (ese que terminaron prohibiendo) antes de dormir.

En otros momentos me encanta la música barroca ( prefiero la música barroca a la música clásica), y la música folklórica húngara, porque mi mujer viene de ahí. Me gusta escuchar a Marta Sebesteyen y pensar en mi Sibylle. Estamos pasando momentos difíciles como individuos. No como pareja, porque en eso estamos bien. Pero nuestras vidas no son nada fáciles. La vida del inmigrante nunca lo es.

Aquí va un dibujito más.
Un abrazo amigos.
Andrés

COPIA EN AZUL


Mandé hacer fotocopias en azul de los dibujos a lápiz. También se pueden hacer los dibujos directamente con un lápìz azul.

Después, repasé todos los trazos con tinta. Personalmente me gusta más así, porque parecería que el dibujo tiene un duotono.

A ver qué os parece.

Andrés

FOTOCOPIA FINAL


El azul no sale en las fotocopias, de modo que la versión azul entintada termina así:

Este es el producto final. Es la primera página que entinto en mi vida, de modo que está tremendamente basta.


Seguiré haciendo ejercicios. Ya os contaré.

Un saludo.

ENTINTAR

Hace algo así como un año, mi gran problema era la maquetación. Pero eso se arregla copiando y experimentando.

Mi gran problema presente es el entintar o no. El entintado le da a un cómic una apariencia profesional, y cualquier editorial le otorgará preferencia a un cómic entintado que a uno que no lo esté.

El problema en cuanto a Pisagua, radica en que el entintado define demasiado las figuras, y a mí me gusta que sean un poco vagas, un poco etéreas, un poco irreales. Como en las fotografías de la época. Muchas de ellas parecen sacadas de un sueño o de una realidad paralela.

Sin embargo, el entintado es importante. Aprenderlo y dominarlo. Asi que hice lo que tenía que hacer hace mucho tiempo. Cogí cuatro páginas y las llevé a la copistería para copiarlas reducidas en azul Cyan, un color que no sale en las fotocopias. Entinté el dibujo azul y después lo fotocopié, y este es el resultado.

Es obvio que me enredé en muchos lugares, y el delineado de escenas y bocadillo es horrible. Primera lección: Delinear todo lo que es ajeno al dibujo después de haberlo intentado. SEgunda lección, no dejar la botella de tinta al alcance de mi hijo, que casi se la bebe de no haber estado yo para evitarlo, tercera lección: El entintado requiere calma y paciencia. Por lo visto entintar es un estado mental.

Me gusta la cara del viejo. Es el Manchay Puito, al que le han quitado el puito y le han dado una corneta. También me gusta el caballo. Creo sin embargo que los caballos bolivianos y peruanos eran un poco más bajitos.

viernes, 5 de octubre de 2007

VOLVIENDO AL TEMA

Este dibujo no está mal, pero no sé qué le falta. Es el primer encontronazo. Los primeros Atacameños desalojando de sus posiciones a los bolivianos y los bolivianos respondiendo desde las alturas.

Lo que no se le perdona a Bolivia son dos cosas. La primera, la contramarcha de Camarones que vaya uno a saber porqué fué ordenada. La segunda, el haber abandonado al Perú a su suerte después de Tacna. No quiero aventurar que Bolivia pudo haber ganado la guerra. Eso era imposible. Estaba condenada a perder, pero pudo haber evitado los errores (múltiples errores), que podrían pasar a la historia como " La guía fácil para perder una guerra miserablemente en diez fáciles lecciones", y puesto a Chile en graves aprietos de haber hecho lo normal en estos casos. Atacar en lugar de esperar a ser atacado. Esta actitud pasiva de parte de Bolivia y el Perú fué un suicidio histórico. ¿En qué estarían pensando Daza, Prado, Piérola y Campero?

El dibujo está bien compuesto, pero falta fluidez en el trazo. Otra de las razones por las que no entinto. Esta noche terminé mi primer dibujo entintado. Mañana lo subiré al blog y veréis de qué hablo.

Paz.

Y ESTO NO TIENE NADA QUE VER CON NADA


Pero es que desde que la ví esta mujer no se me va de la cabeza. Cada vez que la veo me entran ganas de ponerme a aplaudir.

En fin. Todos somos humanos.

DIA DE LOS MUERTOS





Todos Santos está muy cerca. Un par de semanas más. Y además, el 2 de Noviembre es también el aniversario del desembarco de Pisagua. Curiosa coincidencia que el día de los muertos fuese una realidad y no una celebración el 2 de Noviembre de 1879 en Pisagua.




Según la tradición, la noche d el 1 de Noviembre es la noche de los angelitos, cuando se recibe la visita de las almas de los niños que murieron el año anterior. El que quiera recibir a “las almitas”, debe tender una mesa blanca con un crucifijo en la parte superior, una imagen de la luna y otra del sol, y arreglar la mesa con flores, adornos, cadenas de papel, la comida que le gustaba comer al niño o a la niña en vida, caballitos y ruedas de pan, para que el alma del niño juegue con ellos, y escaleras de pan para que pueda subir al cielo. Tambié se hacen niños de pan , llamados “Th´anta wawas” .




En tiempos del incario, se exhumaban los cadáveres y éstos eran engalanados, sacados a pasear e invitados a visitar la casa de sus familiares. Con el tiempo, y debido a la condena eclesiástica, en lugar de sacarlos de las tumbas, se los empezó a representar en efigies de pan. A las doce de la noche las almas de los angelitos visitan el hogar, y al día siguiente llegan las almas de los mayores, a quienes se va a visitar al cementerio y de quienes es obligatorio despedirse antes de regresar a casa, o el alma te seguirá y no querrá marcharse.
Ese día se llevan serenatas a las tumbas, la gente va a comer al cementerio, los rezadores (especialmente niños), cobran sus rezos en comida, y los rezadores más buscados son los niños ciegos, ya que se cree que sus rezos son mucho más efectivos.
El 3 de noviembre, las mesas deben ser recogidas por alguien ajeno a la casa, y toda la comida que se le dejó al difunto debe ser repartida. Que no sobre nada, o las angustias y las penas se quedarán en el hogar.




Obviamente, nada de esto se hizo el 2 de Noviembre de 1879 en Pisagua. Aunque estoy seguro que Isaac Recabarren tendió una mesa blanca el 1 de Noviembre, porque los angelitos visitaron Pisagua a las doce, pero las almas de los muertos no pudieron hacerlo el 2 de Noviembre. Tuvieron el buen tino de mantenerse alejados de ese lugar.

MELODRAMA Y MAS MELODRAMA


Mi cabeza empieza a bullir con la posibilidad de otra novela gráfica sobre la Guerra del Pacífico.

Todavía estoy terminando la segunda parte, así que me tomará mucho tiempo el empezar, pero la posibilidad de escribir otra pieza, esta vez relacionada con la batalla de Tacna, es cada vez más fuerte.


El único problema constituiría el que hago después. Si haces dos tienes que hacer tres. Una trilogía de novelas sobre el mismo tema. Me convertiría en "el historietista de la Guerra del Pacífico". No estaría mal.


Me imagino la historia sobre Tacna como una historia de amor imposible, o una amistad truncada. Los personajes serían un joven Granadero a Caballo y un "Puka Runa" (soldado rojo) de los Colorados que fueron buenos amigos en la niñez y que vuelven a encontrarse después de mucho tiempo, el uno cargando sable en mano, y el otro en el segundo frente de un cuadro de infantería. Me tienta y mucho, mucho pero que recontramucho que el Granadero sea Antofagastino, que haya conocido y se haya enamorado perdidamente de Genoveva Ríos antes de la invasión, viéndose condenado a esperar los acontecimientos en Antofagasta recordándola y sintiendo su ausencia. Lo siento si soy un poco novelero, y melodramático, pero me crié con "Marco" y con "Heidi" y con "Remi" y con "La Rosa de Versalles" y con todos esos dibujos animados lacrimosos y trágicos con los que lloraba sentado en el sofá mientras mis padres se preguntaban porqué me torturaba día tras día. Una tarde, mi padre me dijo que si seguía así , me iba a prohibir ver "Marco". Afortunadamente no lo hizo. Y afortunadamente Marco consiguió ver a su madre que si no....


Pero volviendo al tema. ¿Porqué Tacna? porque la batalla del Alto de la Alianza tuvo un significado mayor incluso que la batalla de Yungay. En esa batalla se decidió la suerte de Bolivia y probablemente la de la guerra. Fue como la batalla del Ebro en España. Fue nuestro Waterloo.

Y porque gráficamente hablando, esa marejada de azul y rojo chocando contra las líneas encarnadas y amarillas y verdes y blancas y azules del ejército aliado con las banderas en alto debe haber sido imposible de olvidar.


En este momento estoy terminando la segunda parte del segundo fascículo. He empezado a estudiar con mucho detenimiento la composición de las viñetas de Toppi o de Alarico Gattía. El cómic italiano de la escuela de Milán es verdaderamente magnífico. TAmbién estoy dibujando en Dina 3 en lugar de en Dina 4. Eso me da mucha más libertad a la hora de bosquejar.


Bueno, casi son las dos. Tengo que ir a recoger a mi hijo a la guardería.


Adeu.

jueves, 4 de octubre de 2007

Y AHORA, UN POCO DE ACCION.


Aquí va una secuencia del capítulo quinto. Playa Blanca en los primeros momentos del desembarco.
Tengo entendido que el caos era tal, que muchos marineros se sumaron al ataque y recibieron órdenes de regresar a los barcos en busca de la segunda oleada.

Esta primera oleada fue parada en seco por la fusilería aliada y tuvo que resistir casi una hora, antes de que el Cochrane empezara a vomitar fuego sobre las trincheras peruanas y bolivianas.
Entonces cambiaron las tornas, ya que intentar contener una invasión de infantería apoyada por artillaería naval sin otro apoyo que el de la fusilería es como intentar tapar el sol con un dedo. Los aliados ni siquiera disponían de una mala ametralladora, y aunque la hubiesen tenido, en esos tiempos tampoco servían de mucho. Todavía no habían aprendido a utilizarlas bien.


Probablemente debieron esperarlos tierra adentro. Es lo que hicieron los japoneses en Iwo Jima.

¿PORQUE ME DESENTERRASTE DEL MAR?


Nunca supe que era boliviano hasta que cumpli siete años. Desde 1982 hasta 1984,mi familia vivió en México. Antes de mi vida en México, todas mis memorias de infancia se limitaban a extraños fogonazos perdidos en el tiempo. Recuerdo haber ido a la guardería, que una vez me disfracé de gato, que jugaba en el patio con la sirvienta, que vivíamos en casa de mi abuela. Pero los recuerdos de los 0 a los 4 años, ni siquiera cuajan como recuerdos. No sé si me entienden . Son imágenes que parecen salidas de un sueño, donde las siluetas no están definidas, y los colores son difusos. Extraños, como las fotografías viejas. Para mí, México era la realidad. Bolivia, nada más que un sueño.


Regresar a Bolivia fue un extraño reencuentro. Fue recuperar una melancolía que no sabía que era mía, y que sin embargo me acostumbré a llevar puesta, como las omnipresentes prendas de lana que abrigaban mi pequeño ser, acostumbrado a los calores de la gran Tenochtitlán. El exilio de mis padres había terminado. El mío no había hecho más que empezar. Echaba de menos a México como Rafael Alberti echaba de menos su mar desde la sierra de Madrid, y me preguntaba porqué me habían transplantado y me obligaban a echar raíces en el duro suelo del altiplano.


Llegamos a Bolivia en tiempos difíciles, cuando Siles Suazo era presidente, y se avecinaban los tiempos de escasez, la inflación galopante, las colas para el pan. Gran parte de mi aprendizaje sobre cómo ser boliviano, fué el aprender en clase que habíamos sido, lo que habíamos tenido y lo que habíamos perdido y jurar en el patio ante la bandera que algún día recuperaríamos lo que nos había sido arrebatado. Es francamente tétrico el escuchar voces infantiles cantando himnos de guerra. Y yo creo que me los sé todos, y creo que los he cantado todos. Y más de una vez. Mi favorito era
"tricolor, tricolor, nuestro hermoso pabellón
Por el cual, daremos, nuestra vida y corazón,
como hijos de Bolívar y de Sucre libertador,
defendamos nuestro suelo, arrojando al invasor..."


¿La recuerdan ? Y cuando la profesora nos llevó a visitar el Museo del Litoral , yo, que siempre he adorado los museos, sentí un miedo espectral al visitar ese museo diminuto, aunque me fascinó el contraste entre el bronce repujado de los botones y la tosca arpillera con la que habían cosido las chaquetas.

Y ahí estaba el cuadro en la pared. El valiente colorado. Aquello que todos los niños bolivianos debíamos aspirar a ser algún día. Nos tomó más tiempo formar filas fuera de la puerta que entrar y salir del museo. Y salimos con un extraño alivio por regresar a claes. ¿Niños de siete años que prefieren estar dentro del aula en lugar de salir? Extraño verdad.
Una vez en casa, intenté dibujar lo que había visto en el museo. Pero no me fué posible hacerlo. No es posible admitir la derrota cuando tienes siete años. No es posible concebirla siquiera. Si perder un partido de fútbol ya era razón suficiente como para que el mundo se haga pedazos. Pero el visitar un museo dedicado a una guerra perdida tiene un impacto casi universal..


Ese día aprendí que ser boliviano y sentirse boliviano no es nada fácil. Desde luego es mucho más
fácil sentirse mexicano, o chileno, o americano. Pero ser boliviano es un desafrío constante. Y esa es una de las razones por las que "Pisagua" ha visto la luz.
Porque para empezar, "Pisagua" es un exorcismo. Casi todas las obras sentidas lo son.

miércoles, 3 de octubre de 2007

¿Ya ven de que hablo?


Dibujar el Lord Cochrane es más que difícil. Es dificilísimo.
En esta secuencia, donde se aprecia la dramática muerte del subteniente Luis Tamayo " A quien un casco de bomba decapitó", según la relación de Recabaren, se puede ver a algo parecido al"Lord Cochrane" junto a algo parecido a la "O´Higgins" batirse contra el fuerte sur, que aguantó más que el fuerte norte y se batió con brío antes de ser alcanzado y puesto fuera de combate.

Esta secuencia tiene que mejorar. Estamos en ello,

( o como diría ese enano bigotudo fascista de Aznar "estamos trabajando en ello" )

HOTCHKISS


Una ametralladora de este tipo fue usada en Pisagua desde una lancha para apoyar a la infantería.


El mecanismo es más que evidente. Todavía recuerdo que cuando éramos niños, mi hermana y yo nos peleábamos por jugar a que la moledora de carne manual que estaba atornillada al mesón de la cocina era una ametralladora. Tan pequeños y ya sabíamos cómo funcionaban.

Tétrico ¿verdad?

A TODOS LOS AMIGOS CHILENOS Y PERUANOS


Acabo de ponerme en contacto con mi editor, y según parece, la distribuidora todavía no ha efectuado las entregas. Es natural. El cómic salió hace poco. Será cuestión de tiempo Ya los mantendré informados.


Y para no alejarnos del tema, aquí está la imagen que fué el preludio del desastre para el Perú y Bolivia.


Este es el blindado Lord Cochrane. La imagen la saqué de una página llamada batallas.org o algo así. Según el parte de batalla de Isaac Recavarren, el Cochrane se acercó " a tiro de revólver" a la costa y cubrió el avance de la primera oleada de infantes, después de que estos tuviesen que aguantar y sostener una cabeza de playa durante 45 minutos bajo un fuego infernal.


Una de las razones por las que elegí Pisagua como tema de mi novela, ( tengo muchas, ya las iré exponiendo poco a poco ) es que un desembarco anfibio debe ser lo más caótico e infernal que exista en este mundo, y en el caso de Pisagua, fue la primera vez que se intentaba algo por el estilo. Lo peor del caso es que prácticamente todas las tropas que pelearon en Pisagua, tanto chilenos como aliados, eran tropas bisoñas. Los únicos que estaban curtidos en el combate eran los marinos chilenos de tanto perseguir al Huáscar.


No he subido ningún dibujo del Cochrane porque el blindado de marras es difícil de dibujar
En mi próxima entrada subiré algunos esbozos y veréis de qué hablo.


Así que por favor ténganme tantita paciencia. Por el momento Pisagua sólo se vende en La Paz.

(O por lo menos espero que se venda)


FLASHBACK DENTRO DE FLASHBACK DENTRO DE FLASHBACK









Me encantan los flashbacks. No sé porqué, pero así es. Será por eso que Pisagua le debe a Rashomón no tanto su estructura como su enfoque, y es que en todo, y especialmente en la Guerra del Pacífico, todo el mundo tiene su verdad y su versión de los hechos.




Y para los tres países, sus versiones son incuestionables y lo demás son sucias mentiras, debo añadir.


Pisagua empieza con un flashback. Con el recuerdo de un marinero americano a quien bauticé "Gorilo", que presencia desde la cubierta, el incendio que arrasó Pisagua en 1905.
En el flashback, Gorilo recuerda sus dos días en Arica, cuando el almirantge Grau tenía a la armada chilena en jaque y Bolivia y Perú pasaban más tiempo organizando convites, desfiles y despedidas que maniobrando en tierra.
Una vez en tierra, Gorilo y su compañero conocen al capitán boliviano, que les cuenta su historia, ( segundo flashback) y después son ellos quienes le cuentan su historia a mi anónimo capitán
(tercer flashback)

¿Porqué Gorilo es americano? : Márketing (No, no es por márketing). Quería que Gorilo fuese de ahí porque la Guerra del Pacífico estalló algunos años después de la Guerra de Secesión, y durante la Guerra de Secesión, el bando Confederado compraba salitre del litoral boliviano para fabricar pólvora: "Give´em hell boys!"

Pero no quiero destriparos la historia. Sólo enseñar tres dibujos de Pisagua. Los tres han sido sacados de fotografías de época. El último dibujo, de la bandera peruana flameando tiene como fondo la Catedral de Arica, la ciudad de la eterna primavera, donde aprendí a nadar.


( Con mucho esfuerzo, debo añadir)


La imagen de la izquierda es lápiz sobre papel, el humo es un celaje que hice con goma. La página de la derecha es lápiz sobre papel trucado con photoshop. Transformé toda la imagen a escala de grises y le añadí un duotono violeta, intentando darle un tono de fotografía antigua.

martes, 2 de octubre de 2007

OTRA CORRECCION


Empiezo a notar que si no fuera por Patricio Greve, este blog estaría plagado de erratas. Huelga decir que tampoco habría sabido de dónde sacar los uniformes para la novela.


Aquí vemos a uno de los coraceros que cargaron contra las barricadas de mi historia. Otra espléndida imagen de la página web Memoria Chilena. Los morriones y las corazas no pertenecieron a la Grande Armée sino al ejército de Napoleón III, ese que intentó invadir México y que en Sedán se lanzó contra los prusianos "A la antigua" para que los prusianos le respondieran "A la moderna". Si he de ser sincero, este es un cuerpo de caballería que nunca me cayó bien. Eran algo así como los "antidisturbios" del siglo XIX. Hechos a medida para reventar cabezas a golpes de lanza, pero en Tacna les faltó tiempo para huír.
Hablando de lo cual, no estaría mal empezar a pensar en una novela gráfica sobre Tacna, pero ya ven cuánto me está costando terminar Pisagua. Si empiezo a hacerla la haré, pero me tomará un par de años.


Me llama la atención que debajo de la coraza y el morrión el chico ( porque es un crío, mírenle nomás la caral, y ese sable debe ser tan alto como él ) lleva ropas de bayeta. Me pregunto si lo que lleva en el brazo es un duelo y cuál es la historia detrás de esta fotografía.
Y como soy un freak que vive obsesionado por Pisagua desde el año de nuestro señor de 2003 yo me pregunto ¿ Qué nombre tendrá la bahía que está pintada en la tela que sirve de fondo a esta fotografía?


Recuerdo que una vez nos fuimos a un fotógrafo en la calle Comercio con toda mi familia. Parecíamos árabes. Toda la familia en pleno estaba ahí: Mi malhumorada abuela, sus tres hijas, las tres hijas de una tía, las dos hijas y el hijo de otra, mi hermana y yo, los maridos de las dos hijas y sus correspondientes hijos e hijas, mi padre, mi tío, mis sobrinas, etc. etc. Todo el mundo elegante y trajeado. Creo que sólo el saludarnos nos tomó diez minutos. Una vez terminados los apretones de manos, nos fuimos al estudio de un fotógrafo muy pero que muy antiguo ( puede incluso que el mismo estudio donde sacaron esa foto) y nos sacamos un retrato de familia, muy pintiparados y serios. A la salida fuimos a cenar y a un concierto de música boliviana en el 16 de Julio donde cantaba la Zulma Yugar (me gusta Zulma Yugar), Savia Andina ( Me gusta pero me entristece, me recuerda demasiado a los años de la UDP) , un cantante cruceño que cantaba trova cubana ( no etstaba mal) Y había estado bien sino hubieran estado los Kjarkas ( puaj ! a esos si que no los aguanto) .
No recuerdo si me lo pasé bien o no.


En fin, aquí está la foto.

EL LUGAR DE LOS HECHOS


Hay una página web alemana con un montón de información histórica sobre Bolivia. Pero como está en Alemán no entiendo nada. De ahí saqué varios gráficos, y este es uno de los más importantes.


Esa es la plaza Murilloe tal y como era en esos tiempos, con el Neptuno de piedra y la fuente octagonal. Las casas que se ven ahí, todavía existen. Yo solía ir ahí muy a menudo ( a veces todos los días) porque la Cinemateca quedaba un poco más arriba. Ahora ha cambiado de sitio.


La barricada de la historia la situé en la esquina inferior, allá donde están las ventanas con arcos de piedra. Ahora eso es el Museo Nacional de Arte y la calle de la barricada se llama Calle Comercio. El edificio de piedra a la izquierda, del que sólo se ve una parte, es la Catedral Metropolitana, construida por los indígenas con piedras a las que les echaron la maldición de que en cuanto se terminase la Catedral, también se terminaría La Paz. De ahí que la Catedral Metropolitana haya sido techada y construida en su parte superior con otro tipo de piedra.
Ahí está la hornacina con las cenizas de Eduardo Avaroa, y también reposan los restos de Andrés de Santa Cruz, velados siempre por los Colorados de Bolivia. Al lado está el Palacio Quemado, donde el Evo y el Chávez se sientan a hablar con los espíritus de Bolívar y el Ché.
(¿De qué hablarán? de fútbol, supongo.)

En 1809, mi tataratataratataratataratataratatarabuelo organizó la defensa de esta plaza tras la contrarrevolución que le hizo pasar a la historia como el "traidor" de la revolución juliana. No le fué muy bien al tipo. Tuvo que retirarse calle abajo, y una vez ahí, herido y en retirada, lo arrinconaron y "crujieron" a bayonetazos y golpes de lanza. Y es que la Plaza Murillo tiene una historia muy violenta. Mucha gente colgó de sus faroles, incluso presidentes. Y si subimos la cuesta de la calle donde está la "Tienda Alemana" ( esas casas todavía existen y ahora son conventillos), encontraremos boquetes de bala en la esquina, de cuando el ejército y la policía se enfrentaron a tiros en el 2003 porque los policías se hallaban en huelga, y después la muchedumbre apedreó el Palacio Quemado.


Un poco más arriba, una señora beniana tiene un negocio donde hace cuñapés, pan de arroz, humintas y un café por el que vale la pena vivir. En la otra esquina está el Hotel París, junto al Cine París, donde las familias de la paz de antaño compraban abonos para ver las películas de Charles Chaplin. Si bajas la cuesta puedes llegar fácilmente a San Francisco, y de ahí al Mercado de las Brujas. Si subes puedes llegar al Museo Costumbrista y al restaurante "La Casa de los Paceños", donde hacen el mejor chairo de toda la galaxia.

Echo de menos La Paz. Pero no sé si podría volver a vivir ahí.



CABALLERIAS




Hoy empiezo con otra corrección, gracias a mi amigo Patricio Greve. El cuerpo de caballería con el que se enfrentaron los hombres de Carrasco no era el "Cazadores del Desierto" , sino los "Granaderos a Caballo", es que cuando un nombre se me pega no se me va de la cabeza.




Hoy toca hablar de caballerías. Y proseguimos con el triste pasado de mi capitán sin nombre.


La historia del triste capitán comienza detrás de una barricada estudiantil, no estoy muy seguro de cuando. En tiempos de Melgarejo quizás, cuando la población se cansó de él y él tuvo que escapar al Perú por Puno en 1871. Rota la barricada ( me pregunto si alguna barricada resistió alguna vez, todas terminan siendo arrolladas) mi trágico héroe se salva de ser quinteado ( horrible práctica de fusilar a uno de cada cinco), por "no tener cara de cinco", y su primo menor muere en su lugar.


Aquí empecé a utilizar los primerísimos primeros planos y el juego de " cámaras" La primera página está bien. Plano general-plano medio-primer plano. La segunda no tanto. No me gusta el formado de plantilla de cuatro escenas. Imaginaos que la primera versión de Pisagua ( que está en el Viceministerio de Cultura de La Paz, gracias a la ayuda de un pionero de la animación y la historieta boliviana como es Joaquín Cuevas) !Estaba íntegramente dibujada en plantillas de cuatro escenas! Eso sí, los dibujos no están mal. El de la esquina inferior izquierda podría estar mejor.


Me tomó algún tiempo finalizar la carga de los Coraceros, con sus uniformes de saldo de nada menos que la Grande Armée de Napoleón I. , y también a los soldados de la guardia presidencial, los "angelitos" de Yañez que terminarían por convertirse en los Colorados de Bolivia.

Lápiz sobre DINA 3, El plano general de la barricada está sacado de una fotografía que representaba una barricada de la guerra Federal de 1900. El primer plano del golpe en la cara es una influencia de Suehiro Maruo. Recuerdo que me estaba leyendo "Midori" cuando dibujé esta secuencia. Increíble Maruo. Pero me pone nervioso si lo leo demasiado.


Un saludo


Andrés




lunes, 1 de octubre de 2007

COCHABAMBA-TOTORA




Es imposible negar que todo artista moja el pincel en la sangre de sus venas.


En este último aspecto, utilicé una pequeña pero muy importante parte de mi vida para enriquecer la vida de mi torturado personaje paceño, y esa es la ciudad de Totora.

Totora es una ciudad colonial Cochabambina que iba camino de convertirse en una ciudad fantasma, antes que el terremoto del 22 de Mayo de 1998 se llevase por delante a Aiquile, Mizque y Totora, haciendo figurar a estos lugares en la portada de todos los periódicos.

Durante casi un año, viví a caballo entre Aiquile y Totora, donde trabajaba con una ONG, y acabé enamorándome de Totora perdidamente por su calma, su increíble silencio ( jamás he sido capaz de escuchar el silencio: Sólo en Totora) y sus noches cerradas, con millones de estrellas brillantes y gruesas como un puño colgadas del cielo.



Los domingos, sin embargo, Totora volvía a la vida. Llegaba la feria, y venían los comunarios llevando el ganado a pastar a la orilla del río, la gente cruzaba una y otra vez los cinco puentes de piedra y mortero que tiene la ciudad, y sus calles empedradas y arcos coloniales bullían de actividad. Se llenaban las chicherías y la plaza central. Yo comía chicharrón con mote de un papel periódico hasta quedar lleno y bebía cerveza "Taquiña" a escondidas (No hay que olvidar que soy paceño, y un paceño bebe "Paceña" ). Me perdía bajo los arcos de las galerías ( la plaza central está rodeada de galerías por los cuatro costados) , y saludaba a todo el mundo, que me conocía ya tanto como yo a ellos. Vivía en un enorme caserón de adobe completamente vacío con patio interior, y por las noches miraba por las ventanas y me sorprendía una y otra vez de lo magnífico que puede ser escuchar el silencio.


Durante muchos meses, gracias a la ayuda de la Cinemateca Boliviana, logré hacer funcionar un cine en Totora llamado "Imagen en Acción". Eso funcionó bien por un tiempo. Después llegó el momento de partir a Barcelona siguiendo a mi mujer. Y lo demás es historia.


Esta viñeta habla un poco de la temporada en Totora que mi personaje pasó porque se me ocurrió que si yo había estado ahí, el también podría estarlo, y está ambientada en tres lugares históricos. La Puerta principal del Cementerio General en Bolivia ( que si mal no recuerdo la inauguró Bolívar o Sucre) , el Neptuno de mármol de la Plaza Murillo, y Totora cuando era una ciudad boyante y pujante gracias al negocio de la plata, y había tanto dinero que habían 200 pianos de cola en la ciudad.


Ahora Totora está desapareciendo poco a poco. Una pena. Los Totoreños son gente muy buena. Totora no se merece el olvido.



He aquí algo que encontré respecto a los pianos de Totora en la página web de la ciudad.




"Habían 200 pianos"
Tal es el cálculo que hace Hernán Rivera Unzueta, consultado acerca del número de pianos que había en el auge de esta lujosa tradición musical. Rivera, nacido en Totora hace 74 años, fue profesor de música toda su vida. El maestro decidió rendir un homenaje al pasado colonial de la localidad. Por ello es que propuso la idea de llevar adelante el 1er Festival Nacional de Piano.




-¿Cómo era la tradición del piano en Totora?




La tradición del piano era cultivada en muchas de las casas de Totora, existiendo alrededor de 200 pianos.Todos los salones tenían pianos, así como muebles importados de Francia, arañas de Venecia, espejos biselados, etc. Las casas señoriales tenían mucha belleza. Totora era un lugar de gente de muy alta alcurnia. Esta tradición desapareció desde aproximadamente unos 50 años.




-¿De donde venían estos pianos?




Eran traídos de Europa, especialmente alemanes. No le puedo decir el valor de aquellos instrumentos, pero las personas que tenían piano en Totora tenían mucho dinero.




-¿Qué música se interpretaba entonces?




Sobretodo música clásica de grandes autores como Beethoven, Chopin y Haydn. Como en ningún otro pueblo, incluso en Totora se bailaban danzas europeas como "La Cuadrilla de Lanceros". Por eso es que el pueblo tiene poca música folklórica propia.




-¿Cuántos profesores de música habían?




Esta tradición viene de más de cien años atrás y por eso no le podría decir con exactitud. Sin embargo, todos tocaban por amor a la música, se creaban métodos propios de enseñanza.




-¿Cómo era la costumbre del piano y el Santo Sepulcro en Semana Santa?




Por entonces ya no habían pianistas, le estoy hablando del año 50. Yo iba por donde tenía que pasar el Santo Sepulcro a tocar el piano, y otro señor, don Luis Palma, tocaba una cuadra más allá. Cuando el Santo Sepulcro terminaba de pasar por donde yo estaba, él comenzaba a tocar y yo corría hasta el piano de la subsiguiente cuadra. Tocábamos la pieza de "El terremoto de Sipe Sipe", canción tradicional de esas fechas. Nuestro recorrido duraba unas 15 cuadras




.-¿Cuándo es que se empieza a perder la tradición del piano en Totora?




Se puede decir que desde la Reforma Agraria. A partir de los cambios de este proceso hubo muchos totoreños que migraron al interior y exterior del país. Esto también fue aprovechado por los compradores de antigüedades que se llevaron muchas de las cosas de valor del pueblo, entre éstas los pianos. No obstante a lo anterior, la tradición persistió hasta la década de los años 70, para después desaparecer totalmente.Recién el año pasado mi persona trajo tres pianos a Totora, donde ya no quedaba ni uno sólo. Es en honor de todas esas casas señoriales que propuse la realización del Primer Festival Nacional de Piano.




El piano más antiguo




El piano más antiguo del evento fue un Rachell de fabricación alemana, propiedad de Rivera, quien calcula el origen del instrumento en los años 1700. El maestro cuenta como anécdota que lo adquirió no hace mucho, cuando lo encontró en una casa en ruinas, en medio de un chiquero con muchos cerdos.El piano fue hecho de manera totalmente artesanal, cosa común en su época, y funciona con una caja metálica que trabaja a la manera de un arpa.El instrumento de teclas de marfil sirvió para el entrenamiento previo de los artistas en el teatro Jorge Escobar.Según Rivera, mucho antes de ser usado por los concursantes, pasó por las manos de ilustres familias de Totora como los Escobar, los Echeverría, los Novillo y los Sánchez.