miércoles, 17 de febrero de 2010

TANTAS COSAS


Me estoy leyendo de nuevo las Forced Entries de Jim Carroll, despues de haber redescubierto por casualidad ( aunque se cuenta que tales cosas no existen) sus diarios de baloncesto en un rincon de mi estudio.

Me he pasado algo asi como dos semanas dibujando a tinta una historia corta inspirada en las peliculas mudas. Me he mirado toda la serie de "Les Vampires" de Louis Feuillade, he visto alguna pelicula que me gusto bastante, y he revisitado varias. Finalmente me he comprado ropa nueva, en una tienda que estaba liquidando absolutamente todo lo que podia y que vendia tres prendas por diez euros. Cuando entre y me di cuenta de que no importa lo que comprases te saldria a diez euros si comprabas tres cosas, dude entre alegrarme o morirme de pena por los duenos del negocio.

Mi vida social ha resucitado enormemente. Desgraciadamente, mis bronquios se resienten por las multiples salidas, idas y venidas. Ha llovido sin cesar durante trece lunes consecutivos y el Domingo pasado sali por primera vez a actuar con la colla de Castellers del barrio.

Cada viernes, a las siete de la noche, me voy con mi hijo al local de ensayos, con una faja de algodon negra al brazo, y mientras el se sube a hombros de otros ninos, ninas hombres y mujeres, yo me fundo en la pina, abrazado a las espaldas de desconocidos en una extrana terapia de abrazos de la que salgo rejuvenecido y contento.

El Domingo actuamos en Plaza Sant Jaume. Fundirme en la multitud, en el sentido mas literal de la palabra, fue una experiencia inolvidable. En cierto momento el castillo estuvo a punto de caer, y toda la plaza parecio transformarse en un animal de mil espaldas que luchaba por definirse en un silencio roto por el tronar de un tambor y cuatro grallas. Y yo estaba ahi.

Es maravilloso formar parte de algo. Especialmente cuando uno esta acostumbrado a ir por la vida de francotirador.