domingo, 28 de junio de 2009

CUIDADO CON AQUELLO QUE DESEAS

Cada vez más a menudo, me encuentro con alguien leyendo a Steig Larson en el metro.
No es nada del otro mundo aquí en España. A la gente de aquí le gusta el rebaño. Por ir y hacer cosas en grupo, no me sorprendería que se instaurara la moda de ir juntos al lavabo, y no precisamente para empolvarse la nariz.

Recuerdo que cuando llegué, todo el mundo leía Los Pilares de la Tierra. Después todo el mundo leía las Memorias de una Geisha, y un par de años más tarde, era el Código da Vinci, o Angeles y Demonios, o Harry Potter, o alguno de esos fenómenos editoriales que cada año hay uno.

Cómo me gustaría ser un fenómeno editorial. Encontrarme con mi libro en manos de otra gente en todas las estaciones de tren, preguntarme si no me he convertido en algo así como un popcorn mental, porque claro está que cuando algo es taaaaan popular y taaan aceptado, queda muy bien decir que es una mediocridad, así nos las damos de exquisitos.

Por mi parte, de todos los libros arriba citados, sólo me leí las Memorias de una Geisha, y me encantaron. Intenté leer los Pilares de la Tierra pero me aburrió. Será porque soy hijo de un arquitecto, y como casi todos los hijos de arquitectos, o adoras la arquitectura y eres arquitecto, o la sóla mención de ella te da alergia y eres cualquier cosa menos arquitecto, y yo soy cualquier cosa y la arquitectura me da alergia.

Pero se me vino a la cabeza que Steig Larson se suicidó, que fumaba tres paquetes de tabaco y bebía como un litro y medio de café al día, que la autora de Harry Potter es una bruja o que hace dos días Michael Jackson terminase sus días de una manera tan triste.

Da para pensar. Igual y lo peor que le puede pasar a cualquier autor es ser un best seller.

No lo sé. De todas formas mi vida se está cayendo como un castillo de naipes. No sé cómo voy a terminar.

Mientras no sea colgando de una viga....

sábado, 13 de junio de 2009

IM PMSY

Nunca falla.

A medida que se acerca Julio o Agosto, me derrumbo y empiezo a llorar por cualquier tontería.

Es el calor húmedo y asfixiante de este lugar. Son las golondrinas chillando en el aire, es la falta de trabajo, de dinero, de cariño quizás....

El caso es que al igual que el año pasado, empiezo a meterme dosis absurdas de cantautores en vena, a soñar con lugares, con mujeres, con amigos y con momentos inexistentes...

Y a beber obsesivamente. A veces alcohol. A veces café, a veces refrescos, a veces agua y nada más.
Pero es como si tuviera un demonio interno que sólo puedo calmar ahogándolo en algo líquido.

Afortunadamente es eso, y no que soy alcohólico. Llevo algún tiempo sin emborracharme y no lo echo de menos. Estoy dándole a la novela como un maniático, y cada vez tengo menos dinero, porque llevo bastante tiempo sin encontrar trabajo.

Resumiendo. Soy el estereotipo del artista torturado y bohemio perdido en una hermosa ciudad europea. Incluso sé dónde puedo pillar absenta.

Pero no quiero aniquilarme. Si lo quisiera, saltaría de algún lugar con una soga al cuello. Lo que quiero es sentirme feliz sin tener que sentirme desgraciado casi inmediatamente. Quiero volver a dormir toda una noche abrazado a alguien y seguir así hasta entrada la noche del día siguiente. Quiero volver a tener un poco más del dinero que necesito. Quiero tener suficiente para irme de viaje y llevar a Gabriel a la Amazonía, al salar de Uyuni, a pasarnos un par de días recorriendo el valle en camión o a pie, a perdernos en algún pueblito de esos donde no pasa nada y uno siente que está en otro planeta.

En fin, hay cosas que se mueven y eso esta´bien, pero hay cosas que se remueven, y eso puede ser peligroso.