lunes, 15 de octubre de 2007

OJALA QUE TU NOMBRE SE LE OLVIDE A ESA VOZ


Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda/ Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz”. Me escuché esta canción unas diez veces mientras dibujaba esta escena. No he abandonado la sucia y masoquista costumbre de escuchar una canción hasta quince veces seguidas. Algún día lo haré.


El jaripeo ha terminado. El protagonista descansa exánime en el suelo. Los brazos de los soldados están agotados de azotar. El sargento se pregunta sin mucha preocupación si el nuevo recluta sigue vivo, o si el bautizo ha sido demasiado para él, mientras mi anónimo capitán, con el disfraz desgarrado por mil chicotazos, olvida el dolor que destroza su corazón y se entrega a otro dolor, mucho más inmediato.


¿ Os preguntáis porqué el recluta se vuelve capitán en menos de una secuencia? En ese tiempo habían dos oficiales por soldado en el ejército boliviano, y muchos ascendían por el mero hecho de saber leer.

Errores: Mi pobre capitán anónimo está aplanado contra el suelo. Hay que trabajar esas sombras.


El soldado que descansa con el kimsacharani ( látigo de tres colas ) apoyado en el cuello podría estar mejor dibujado.


La iluminación. Como siempre la iluminación.
No me gusta el font. Tendré que mejorarlo cuando saque la próxima edición. El contraste con los gráficos es demasiado intenso.
Dibujar una escena en picado no es fácil. Pero es más fácil que dibujarla en contrapicado. Originalmente la escena tenía que estar enfocada desde abajo. Me tomó unas tres horas darme cuenta de que todavía no estoy listo para dibujar una escena así.

1 comentario:

Diego Molgaray dijo...

che, que bueno el dibujo!!! y la cancion de silvio, ni hablar (buscando esa frase en google vine a parar aca...), felicitaciones!!!