martes, 13 de noviembre de 2007

KIM WILSON


Sigamos con cuestiones ajenas a mi novela gráfica.


Si el martes 13 realmente es un día de mala suerte, este día me hicieron el servicio completo.

Después de casi tres semanas sin meter la pata en el trabajo, realizando una labor impecable, entregando todas mis traducciones a tiempo, bien ajustadas, bien realizadas, incluso adelantándome a las fechas de entrega, disfrutando de una relación cordial e incluso cariñosa con mi jefa de producción, cae martes 13 y kaboom!


Una traducción especialmente importante sale mal, no sé porqué, pero sale mal, pocos minutos después de entregar otra traducción que no le gustó nada a mi jefa de producción ( por cierto, soy traductor audiovisual y trabajo en un estudio de doblaje, para los que no sepan de lo que hablo). Todo iba todo lo mal que se podía esperar y ¿qué pasó? discusión hogareña a la hora del almuerzo. Después le dije a mi jefe que en Diciembre me iría un mes a Bolivia para arreglar un par de asuntos realmente importantes, algo que mi jefe ya sabía hace varios meses, y ¿qué pasó?, que en lugar de despedirme como haría cualquier jefe normal, el muy sádico va y me manda toda la producción de golpe para terminar antes de mi partida. Con lo bien que me habría sentado un bonito despido antes de marcharme, para regresar y empezar de cero. Pero en fin...

¿En fin qué? En fin que antes del 10 de Diciembre tendré que transcribir y entregar nada menos que 40 capítulos de Get Smart. Magnifico ¿verdad? Eso y el haber vuelto a la rutina de perros y gatos con mi jefa de producción. La rutina de siempre.
Terminé ahogando mis penas en la barra del Jazz Bar de Calle La Perla, un bar de madera y latón dorado donde echan el mejor blues que he escuchado jamás, cuando repentinamente, todo este martes se resumió en un sólo de harmónica difícil de describir, e imposible de olvidar. Ya os podéis imaginar la pinta que tenía yo, sólo en el bar, ante un dorado vaso de cerveza, con un martes 13 a cuestas, sintiendo cómo la harmónica de Kim Wilson me poseía como un demonio sediento. Vamos, que parecía Bukowski.

Mañana será otro día. Pero hoy fué más que suficiente. Y como este es un blog sobre un comic llamado "Pisagua" que deberíais comprar porque es muy interesante, muy barato y constituye toddo un hito histórico dentro del panorama del cómic latinoamericano, ahí va la portada de otro comic que también está bien, que se llama "Bluesman" y que todo el mundo debería comprar, leer y reverenciar si no queréis morir bajo la luna llena en extrañas circunstancias en una siniestra encrucijada en el Delta de Mississipi.
Y hablando de esas cosas, me pregunto dónde estará esa inolvidable Christine L. una señorita de Napoleonville Louisiana con un enloquecedor acento de Nueva Orléans, a quien tuve el honor de conocer ( social y bíblicamente hablando) , y que se ganó a pulso el título de "Lover of the Bayou" cuando la vida no podía ser mejor y memorizábamos el color del techo mientras fumábamos Camels allá por 1996.
Andará por ahí en su precioso Cadillac Sedan de Ville del 56 rompiendo hogares y pulverizando corazones.
Será Martes y 13, pero lo bailado no nos lo quita ni Dios.

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