viernes, 19 de septiembre de 2008

ME COMPRARIA UNA CHAQUETA DE PIEL DE SERPIENTE SI TUVIERA EL DINERO. ME LA HE GANADO CON SUDOR Y LAGRIMAS.


El espíritu de una obra es capaz de trascender al autor, sí y sólo sí el autor se encuentra completamente poseído por el espíritu de la obra.

Verdad de perogrullo. Una tontería dicha con cara de serio. Pero será que en mi cabeza retumba la vibración de una o dos escenas en particular de "Pisagua", y es por eso que veo que transmiten algo.

Porque en la alocada carrera hacia la calidad vendible, veo muchas creaciones que no transmiten nada, aunque estén bien hechas. ¿Dónde está ese eslabón perdido entre corazón y vendibilidad, si es que tal palabra existe?

Sólo sé que muchos de los personajes que hacen llorar de emoción a entendidos en cine o teatro, no serían muy bien recibidos , y en ocasiones hasta serían expulsados del cine o del teatro, a petición de los espectadores. Me pasó a mí cuando una vez me crucé con un Sailor Ripley que iba a buscar a su Lula. El tío me inspiró terror y crucé la calle para no cruzarme con él, aunque cuando me veía la película, me habría encantado invitarle a cervezas.

Hablando de lo cual, un conocido decidió cortar con su pareja cuando veían "Corazón Salvaje" y se daban cuenta de que lo suyo se había enfríado tanto tanto tanto, que no podían concebir el haber sido una vez tan entregados como Lula y Sailor.

No sé ni siquiera de lo que estoy hablando. He bebido poco, pero lo que he bebido me ha hecho efecto, y estoy pasando días negros.....

Será cuestión de seguir adelante, porque no tengo los huevos de terminar mis días bailando sin música del otro extremo de una soga.

1 comentario:

Óscar Varona dijo...

Siempre está bien "Corazón Salvaje" para un periodo de crisis, aunque nunca me sentí identificado con Sailor. ¿Hay algún personaje de Lynch con el que me identifique? Lo dudo, tal vez el Hombre Elefante. Y aún así, beso los pies de ese director. Saludos