sábado, 18 de septiembre de 2010

GRIS OTRA VEZ


Vuelve el gris,

Una vez más, despierto abrazado a la almohada, pero esta vez no es la soledad sino el frío el que me impulsa a buscar el inalcanzable aroma de su cabello en las costuras, después de tantos años de ausencia...

El cielo es un tapiz de nubes grises, y el estertor de mis bronquios se asemeja a los gruñidos de mi acordeón, que ha pedido asilo político en casa de un amigo hasta que baje la marea.

Lo único bueno de estos días, aparte de poder arropar a Gabriel por las noches, es redescubrir las paredes del barrio Gótico, el sentir que mi abrigo está contento de volver a colgar de mi espalda y desayunar café con Ventolin.

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