sábado, 14 de junio de 2008
VAYA NOCHECITA I
Menudo viernes por la noche. Me ha dejado hecho bolsa.
Como el tiempo está muy extraño en estos días, mi añorada asma ha vuelto a hacer acto de presencia para acompañarme en mis largas noches de insomnio. Insomnio que no tendría si no fuera por mi añorada asma, que ha vuelto a hacer acto de presencia para acompañarme en mis largas noches de insomnio. Eso para empezar.
Después tocaba la inauguración de la escuela de arte donde Sibylle enseña fotografía. Gabriel iba a ir, Sibylle se iba a pasar la noche brindando con los alumnos, copa de champagne en mano, asi que, para cuidar de Gabriel, y fiel al guión de todos los años, servidor terminó metido en una academia de bellas artes, fuera de lugar como una cassetera doble en la habitación de un modernillo, sonriendo para no ponerse a llorar, y rodeado de insoportables desconocidos e imponentes desconocidas.
Me pasé la noche sorbiendo cerveza, lamiendo con los ojos la piel que las estudiantes de Sibylle dejaban al descubierto y jugando con mi hijo. Pero también me pasé la noche reconociendo de una manera muy pero que muy amarga, que las ambiciones frustradas son lo más triste que hay en la vida. Han pasado más de doce años desde que me resigné a no entrar a estudiar Bellas Artes porque me parecía que en un país tan pobre como Bolivia, entrar a estudiar Bellas Artes era un arranque de egoísmo sin igual, y opté por antropología.
Ahora me doy cuenta que estudiar Bellas Artes fué un arranque de egoísmo que en su día debí haber llevado a cabo, porque desde entonces no ha pasado un día sin que de una u otra manera yo me haya hecho la pregunta de ¿ Cómo sería mi vida de haber estudiado Bellas Artes?
En fin, todos tenemos monstruos internos que se mueven en silencio, y que aprovechan la más mínima oportunidad para venir a buscarte pelea.
Pero que lo hagan un viernes por la noche. Pos ya ni la mueeela!
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