martes, 15 de julio de 2008

QUERIDO TOM:


Puedes imaginarte la emoción que sentí al saber que estos días estarías en Barcelona.

Llevo doce años escuchándote prácticamente todos los días, a menudo todo el día. He memorizado álbumes tuyos de principio a fin, y no por ello me canso de escucharlos.

Me has hecho compañía en las buenas y en las malas. Me has visto caer y me has visto triunfar, y aunque la relación que tengo contigo es de absoluta preeminencia, me enorgullezco de no haber caído en la vulgaridad de ser
"tu fan número uno", esos freaks que dicen tener toda tu discografía y se han visto todas tus películas y cosas por el estilo.

He de admitir que no me cae demasiado bien tu amigo Roberto Benigni, y que te portaste muy mal con Iggy Pop en Coffee and Cigarrettes.
( ¿qué te había hecho el pobre?), pero ahora mismo estás tocando el piano o cantando a través de un megáfono, y lo que siento en mi pecho no es sólamente el haberme perdido un concierto tuyo, que me pesa y me duele y me violenta, sino el no haber podido pasar a saludarte como se saluda a un amigo.

Créeme que de haber podido pagar la entrada habría ido.

Pero mira tío, estoy pasando por un mal bache, y estoy seguro de que tú podrás comprenderlo. Por eso, perdona que no haya ido a verte. Te juro que me habría gustado.
Pero tú ya sabes dónde queda mi casettera, mi discman, mi ordenador, y sabes que eres bienvenido a todas horas.

Break a leg Tommy. Don´t let them bastards get ya.
Tu amigo
Andrés

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