domingo, 13 de julio de 2008
HA PASADO MUCHO TIEMPO
Y no he escrito mucho últimamente.
Eso se debe al reto de Julio, he estado subiendo ilustraciones a diario, incluso haciendo una que otra trampa, y haciendo lo posible para no perder la cabeza en un mes que por estas latitudes no se vive, sino que se aguanta.
Extraño tipo de vida es este, donde todo funciona gregariamente, donde si no estás con más de tres personas haciendo algo, prácticamente no existes, donde la rutina es ley, donde se niega no sólo lo que se esconde, sino también lo que se exhibe.
Hoy dimos una vuelta con mi hijo, jugamos en el parque, encontramos todo cerrado, nos refugiamos en un portal a echar un respiro. El se tomó un helado y yo me tomé una cerveza más. Un síntoma preocupante de mi incipiente alcoholismo es el que mi hijo ya sabe decir "cerveza".
Preocupante. Tengo que desintoxicarme. Quizás entonces deje de deprimirme tan a menudo por estupideces. Es el calor que se le mete a uno en los huesos. Estoy harto de quemarme con mi propia piel.
Eso sí, he estado dándole al acordeón sin parar. He aprendido un montón de cosas nuevas, entre otras, la melodía final de "Grand Prix No Taka" ¿Se acuerdan? ¿Esa en la que se lo ve caminando hacia el sol poniente? ¿ Hablando de que iba a correr a favor del viento, porque el viento era su único amigo? Durante mucho tiempo me fuí a dormir con esa canción en la cabeza. Y ahora puedo tocarla en el acordeón. Y no fué muy fácil de aprender pero la tengo calada a fondo.
En fin, que uno de estos días me dejo de tonterías, cojo el acordeón, la gorra y un cartel que diga
"novelista gráfico desempleado" y me voy a tocar en una esquina.
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