Levantarse después de cuatro horas escasas de sueño. Anoche se me fué la mano un poco.
Dormir un poco más mientras Gabriel se mira la Oveja Shaun, salir al barrio en un día de otoño primaveral y descubrir porqué los abuelos se calientan al sol mientras me leo a D. H Lawrence.
Comer en un café de chinos mirando el partido y dormir la siesta durante dos horas. Ver el Viaje de Chihiro y después venir a casa para hacer muñecos de papel, escuchar a Djavan cantando Samurai y pensar que quizás se me fué la mano comiendo demasiados calamares a la romana.
Mañana toca trabajar todo el día, ergo, el lunes me parecerá martes y el miércoles estaré exhausto. pero hoy ha sido un buen día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario