A esta hora, por alguna razón, suelo ponerme triste por un momento...
Acuesto a mi hijo, le escucho respirar, observo sus juguetes y sus cosas, su habitación que respira paz...
Y me pregunto si sere capaz de mantener su mundo en ese estado.
El año pasado, era más fácil entender el porque de estos siete minutos de intensa melancolía...
Era sencillamente que al día siguiente tenía que irme a trabajar, y tenía que dejar a mi hijo en la guardería, y alejarme de todo lo bueno y noble que tengo en la vida, para sumergir en un mundo lleno de gente ruidosa, brusca e ignorante. Sí. Me estoy refiriendo a mi trabajo. Claro que sí.
Dentro de dos días empieza otro capítulo en mi vida. El que acabo de dejar atrás ha sido muy duro, y me ha dejado cicatrices muy profundas, pero me ha enseñado varias cosas, y creo que he salido mucho más fuerte....
Para la etapa que se avecina, debo dejar de lado el resentimiento, la paranoia, la rabia contenida, la sensación de que no se me aprecia tanto como se debería: Craso error. Se me aprecia, pero yo no soy capaz de corresponder...
Soy una persona egoísta que se piensa que es generosa.
Este año veré si he creado amigos o enemigos, si el cambio de Enero del año pasado ha sido un buen cambio.
Espero ser capaz de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario