He regresado y todavia no he digerido mi llegada.
Todavia tengo el cielo de La Paz en la mirada. Todavia siento el viento susurrar en las ventanas junto a todas las lluvias, lloviznas y granizadas que bailaron contra los cristales cual comparsas de carnaval.
Todavia me queda el cansancio acumulado de tantas noches de combate contra el mal de altura, pijcheando coca hasta sentirla amarga, durmiendo sentado para no sentir asfixia, buscando encontrar oxigeno en un aire tan delgado como una cortina de papel. Se nota que he estado lejos de La Paz por mucho tiempo.
Mi hijo se ha llenado las pupilas con el color cosmico del Titicaca. He visto al sol ponerse en el silencio infinito del altiplano. He visto al Illimani darme animos con su incomparable blancura. He visto los cambios de la ciudad nueva, y he vuelto a encontrar las antiguas esquinas de la ciudad vieja.
El arbol de los duendes sigue donde siempre estuvo, la calle Jaen tambien esta donde estaba. La Nueva Cinemateca es una preciosidad, y en la calle de las brujas siguen leyendote la suerte en coca en cafe o en estano. El cafe sigue siendo igual de dulce, y el canto de las marraquetas antes de romperlas en dos y mojarlas en tu taza sigue siendo el mismo. El queso fresco de oveja mantiene la misma blanca sonrisa de antano, y de las seis saltenas que me comi, no salto ni una gota de caldo al plato ni a la camisa. Ergo, no he estado lejos tanto tiempo.
Gabriel jugo con las imillas y los llokhallas de la isla del sol. Celebro la nochebuena como debe de ser. Riendose escondido debajo de la mesa grande, jugando con sus primos a no hacer caso a mama, mientras los mayores cenabamos y hablabamos de cosas aburridas. Comio sopa de quinua, picana , chairo y se enzarzo en duelo con innumerables choclos, saliendo airoso de la prueba. Yo volvi a reir con mis amigos de infancia, bebimos Huari, Pacena y volvimos a casa a las tres de la manana una vez mas. Recogi la primera edicion de Pisagua y conoci a mi editor. Encontre a una amiga de la infancia que trabaja en el aeropuerto y a quien veo al llegar y al partir cada vez que llego y cada vez que me voy. Es gracioso tener a este extrano reloj de arena que me dice cuando llego y me voy soltero, cuando llego y me voy casado, cuando llego y me voy con la mujer embarazada, cuando llego y me voy con un hijo de tres anos, etc. etc. etc.
En fin. Regrese para encontrar un lugar que me reconocio al llegar. Ha pasado mucho tiempo y muchas cosas siguen siendo las mismas. Pero en otras cosas, ha pasado mucho tiempo y todo parece haber empeorado. Especialmente en cuanto a asuntos politicos concierne. Ha sido triste el constatar que casi todo el mundo esta conteniendo el aliento porque sienten que se les viene algo horrible encima. Espero que no sea asi.
En fin. Ha llegado la hora de empezar otra vez. Me pregunto si Barcelona me reconocera al llegar.
1 comentario:
felicidades amigo, que te hayas empapado de nostalgia y terruño, familia y amigos...que tengas un excelente año 2008 junto a tu familia... y de vuelta a Pisagua.
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